

Enfoque de género en los procesos de reintegración
Para comenzar a hablar de enfoque de género es necesario realizarse las siguientes preguntas, que son las que busca explorar este enfoque:
¿Qué oportunidades tienen hombres y mujeres?
¿Qué interrelaciones existen entre ellos?
¿Qué papeles tienen asignados socialmente?
Estas cuestiones, en contextos de desarme, desmovilización y reintegración (DDR), cobran un lugar muy importante por las particularidades de estos sujetos. Así, es necesario pensar las anteriores preguntas enmarcándolas en ese contexto, esto es, qué papel cumplen las mujeres en estos procesos y cómo se abordan las diferentes dimensiones en los excombatientes, por nombrar algunas, la familiar y la productiva. Además, para poder acompañar a las personas en proceso de reintegración, también vale la pena preguntarse cómo vivieron hombres y mujeres el ser actores del conflicto armado y cómo son las condiciones de las comunidades receptoras a las que van a llegar en términos de género.
Importancia del enfoque de género
“La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos”
Kofi Annan, ex secretario de la onu
De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, para que el proceso de reintegración sea más legítimo e inclusivo para las mujeres, es trascendental que se promueva su fortalecimiento en los procesos de DDR en términos de formación política, participación y construcción de ciudadanía, y que se constituya una agenda propia de las mujeres en el proceso de reintegración donde se evidencien sus necesidades y expectativas frente al proceso. En otras palabras, preguntar a las mujeres cuáles son sus necesidades, cómo pueden ser apoyadas en diferentes procesos y promover su participación en diferentes escenarios, constituiría un mejor abordaje en términos de género.
Masculinidades y feminidades en el contexto de guerra
Como fue mencionado anteriormente, en aras de adoptar un enfoque de género, es necesario entender y abordar el hecho de que, en el contexto de la guerra, se presentan fenómenos como:
- En el caso de los hombres, se da una fusión de prácticas e imágenes de la hombría con el uso de las armas, el ejercicio de la violencia y de una masculinidad agresiva y a menudo misógina;
- En el caso de las mujeres, en muchas ocasiones hay una asimilación de prácticas asociadas a lo masculino, caracterizadas por fuerza, dominio, control emociones, porte de uniforme y de armas, lo cual puede chocar con la imagen de la mujer en las guerras como víctima y gestora de pacificación (Esguerra Rezk, 2004-2010).
Comprender estos fenómenos y abordarlos en conjunto con la población excombatiente permitirá una mejor adaptación a la vida civil, una construcción de una subjetividad más auténtica y una construcción familiar que esté basada en relaciones sanas.
En los testimonios de los excombatientes, aparecen valoraciones de las masculinidades y feminidades que, en su mayoría, vienen desde las familias de origen:

Mujeres buenas
Las que cuidan, están en la casa, realizan labores domésticas.

Mujeres malas
Están en la calle, viven su sexualidad, transgreden lo que es considerado como femenino

Hombres fuertes
Trabajadores, rudos, acompañados de mujeres, posesión de dinero y bienes materiales

Hombres débiles
No representan la forma hegemónica, bélica de ser hombre
(Haz clic sobre las tarjetas para ver el reverso)
A pesar de que en la mayoría de los grupos armados la diferencia entre hombres y mujeres pareciera no ser tan tajante (sobre todo en los grupos de ideologías marxistas), al entrar a la vida civil es frecuente encontrarse nuevamente con roles que encasillen a los hombres al trabajo y a las mujeres a lo doméstico. Es aquí donde es necesario preguntarse, como profesionales que acompañan el proceso, qué experiencias han tenido estos sujetos en sus familias de origen y en el grupo armado, para contrastarlas con las experiencias actuales y las posibilidades de las familias de hoy, así como la construcción de la nueva identidad desde un enfoque de género.
El tema se complejiza al encontrarse fisuras y detalles en el discurso de estos sujetos, ya que revelan que los “deber ser” en términos de género no son necesariamente propios. Por ejemplo:
- Hay hombres a los que no les gusta la guerra, que son tímidos, que se identifican con el cariño que pudieron haber recibido de personas como las abuelas. Sin embargo, en sus discursos aun así se destaca la necesidad de tratar de alcanzar una masculinidad hegemónica.
- En el caso de las mujeres, se encuentra en sus discursos que la mayoría no están de acuerdo con la asimetría de poder con respecto a los hombres, el maltrato contra la mujer, y otros fenómenos sociales que en las guerrillas no solían suceder (como la división entre tareas domésticas y económicas) y que en las culturas urbana y rural todavía tienen mucha presencia.
Es aquí donde entra la importancia de analizar los roles previos que están establecidos en las comunidades a las que llegan, pero también en el grupo armado en el que militaron. Un caso particular sería el de los excombatientes de grupos como las AUC, donde la cultura narco está más presente y las masculinidades y feminidades se viven de una forma más hegemónica y tradicional.

Enfoque de género y FaMía
Nos encontramos entonces con más de una realidad y una complejidad valiosa en términos de las oportunidades que representan en los procesos de reintegración. Para unos sujetos, que se identificaban con los roles asignados en la guerra (fuerza, uso de armas, control territorial, etc.), se puede dar una pérdida de identidad al dejar de pertenecer al grupo. En este sentido, también es importante reconocer que hay personas que sí se identifican con roles tradicionales, y aquí puede ser pertinente entrar a acompañar un proceso de flexibilización que les permita sentirse cómodos consigo mismos; a la vez que se debe tener cuidado con que el retorno a los antiguos roles no signifique también el retorno a situaciones como la desigualdad en el hogar, el maltrato y el abuso (muy común en las familias de origen).
Desde el acompañamiento a estas personas es importante que se promueva una reflexión sobre las amplias posibilidades de ser y ofrecerles así una postura crítica frente a la carga impuesta por la sociedad sobre las identidades masculinas y femeninas, promoviendo además relaciones enmarcadas en la horizontalidad. Esto se puede lograr al “desnaturalizar” las características y los comportamientos asociados a hombres y mujeres. Así, a la hora de significar y construir FaMía, lo harán desde sus propias identidades y desde una perspectiva del cuidado, el respeto y la igualdad.
Preguntas finales para reflexionar y participar:
- ¿Cómo se puede promover el diálogo y la igualdad frente a premisas que definen la masculinidad a través de la militarización?
- ¿Qué oportunidades laborales o académicas se le ofrecen a mujeres y hombres?
- ¿Cómo prevenir la violencia de género y la violencia sexual contra mujeres y hombres en proceso de reintegración?
- ¿Cómo se puede promover el respeto por la diversidad sexual y de género en estos sujetos?
- ¿Cómo se pueden transformar normas e identidades violentas en las comunidades receptoras?